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La apariencia preocupa a los trabajadores como a la empresa. Tener buena presencia es cada vez más importante para las ejecutivas, porque en la oficina el hábito ayuda al monje.
Bernardita Aguirre P.
"Soy relajada para vestirme y en la empresa no hay exigencias. Una vez llegué a una reunión y todos estaban empaquetados y yo más informal. Eso me jugó en contra, pues por mi apariencia perdía credibilidad. Mi imagen no reflejaba mi trabajo ni mi cargo", explica Carolina, ingeniera comercial de 27 años, ejecutiva de una corredora de seguros.
Aunque parezca superficial, el tema del vestuario, el pelo, la figura y la piel, importa. No sólo porque los trabajadores de la empresa son sus embajadores; además, porque estar conformes con la propia imagen otorga seguridad y es un excelente comodín en las relaciones interpersonales con el cliente, el compañero, el proveedor o el jefe.
No se trata de que todos los ejecutivos deban ser delgados y estar vestidos a la moda, sino que estén satisfechos con su apariencia. El tema es especialmente importante en la plana administrativa y de atención de público, y también en las gerencias. El alto puesto trae consigo nuevas obligaciones y mayor exposición.
Para la mujer, ésta sería una preocupación al pensar en un ascenso. "Es una exigencia adicional porque la peluquería o el gimnasio pueden entrar a competir con la lista de cosas que tienen que hacer. El problema es el tiempo que se gasta, sobre todo en desplazamiento", dice Claudia Bobadilla, presidenta de Gestar Valor.
Hablan las expertas |
Lilian Bustamante : "Hay quienes dicen que Einstein o Bill Gates no se visten o peinan bien, pero ellos son únicos y ya se ganaron el respeto y la credibilidad en el mercado. Mientras no lo tengas, tienes que vestirte y actuar para poder ganártelo". |
Conscientes de esto, las empresas han comenzado a instalar puertas adentro servicios para sus empleados. Peluquerías, gimnasios, nutricionistas y cursos de imagen y protocolo están entrando a las compañías, junto a convenios con tiendas de ropa y accesorios para que den descuentos a sus trabajadores.
Una inversión
Los ejecutivos y las compañías están invirtiendo en la imagen de sus trabajadores. Son cada vez más comunes los cursos de protocolo e imagen en los que se enseña a los empleados, hombres y mujeres, qué colores le quedan bien, qué telas se pueden combinar, qué perfumes son los adecuados para ir a trabajar o para una reunión fuera y qué puede aportar, en términos de imagen, el tener un reloj, un celular o una palm.
Para el hombre es más simple: con un pantalón y un par de chaquetas y camisas bien combinadas está listo. La mujer tiene más posibilidades y la línea entre lo formal y sport es difusa. "Ella tiene más opciones, y por eso es más difícil escoger", dice Dina Bellolio, dueña de DB Imagen.
Agrega que "una ejecutiva debe verse limpia, arreglada y estar vestida con una buena combinación de colores".
Pero no estamos hablando de una mona vestida de seda, porque ésa, mona se queda. La asesora en imagen explica que "todo parte del fondo; el profesional debe creer en su conocimiento. Ése es el punto de partida y lo que proyectas", dice Dina.
Consejo de imagen |
Mantenga una imagen limpia y prolija . Preocúpese de que su ropa esté limpia y planchada, que la basta esté bien hecha (en pantalón debe tapar al menos un tercio del zapato) y que el calzado esté presentable, se recomienda usar algo de taco. |
"Uno de los problemas que tenemos las mujeres en el ámbito laboral es la falta de credibilidad. Para proyectar confianza, respeto, autoridad, profesionalismo y credibilidad se necesita, además de conocimiento, un lenguaje verbal y corporal, vestuario y modales adecuados", dice Lilian Bustamante, asesora de imagen.
Carolina Hormann, vicepresidenta ejecutiva de DBM, empresa de outplacement, explica que han tenido que cambiar el look de algunos clientes. "Nos tocó un señor excelente profesional; era quitado de bulla, joven pero de pelo blanco y camisa arremangada. Le sacamos el bigote y le pusimos chaqueta y una camisa de color suave para que demostrara lo que era; no se trata de disfrazarlo, sino mostrar lo que es".
Las empresas
Haciendo caso al dicho de que la mejor cara de la empresa son sus trabajadores, las compañías no se han quedado sólo con los logos, los trípticos y las páginas web; ahora, y cada vez más, invierten en sus empleados.
Comienzan por centrar su atención en quienes atienden público. En VTR todas las personas que están en contacto directo con clientes tienen el beneficio de uniforme: vendedores, técnicos, ejecutivas de atención a clientes, secretarias, recepcionistas y juniors. Además cuentan con un curso de imagen que tiene por objetivo mejorar y potenciar la presentación personal de las ejecutivas de sucursales.
Deloitte imparte a todos los profesionales nuevos un taller de imagen personal, que incluye temas como combinar bien la ropa, vestimentas más apropiadas para una imagen de negocios, maquillaje y relación de vestuarios más indicados para distintos tipos de talla.
Banco Santander-Santiago ha ido un paso más allá al hacer "convenios con tiendas de ropa para que otorguen descuentos a nuestros ejecutivos", dice Alfonso Palavecino, gerente de Relaciones con el Personal.
Tienen gimnasio y nutricionista, ofrecen cursos de imagen y protocolo a sus empleados y han realizado dos veces Expo Mujer donde por un día invitan a sus empleadas a hacerse limpieza facial, manicure y masajes. Pronto piensan instalar una peluquería en el edificio central del banco. "Si la gente se siente mejor presentada, liviana y saludable, eso se refleja en un servicio y en un ambiente laboral mucho mejor y, aunque es difícil de demostrar, también en mayor productividad", dice Palavecino.
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